BOGOTA (Reuters) - Un general
retirado de la Policía Nacional de Colombia se entregó el martes a las
autoridades de Estados Unidos para responder ante una corte federal de ese país
que lo acusa de nexos con paramilitares de ultraderecha y narcotraficantes,
informó un oficial de alto rango.
La entrega del general
retirado Mauricio Santoyo, quien fue jefe de seguridad del ex presidente Alvaro
Uribe, se produjo en Bogotá y podría revelar conexiones del narcotráfico con la
institución armada encargada de combatir ese delito, según fuentes de
seguridad.
"El conocimiento que
tengo, es del sometimiento del señor general Santoyo a las autoridades
norteamericanas, se presentó ante ellas, coordinó su viaje a los Estados
Unidos", dijo el director de la Policía Nacional, general José Roberto
León.
Es la primera vez en la
historia del país que un oficial retirado de alto rango es involucrado en una
investigación por narcotráfico por Estados Unidos, el principal aliado de
Colombia en la lucha contra el tráfico de drogas.
El director de la policía
reveló que Santoyo salió del país con un permiso especial entregado por el
Gobierno de Washington luego de que le fue cancelada su visa para ingresar a
ese país.
Santoyo es acusado de recibir
sobornos a cambio de entregar información sobre operativos antimafia a los
antiguos escuadrones paramilitares de ultraderecha y a otros grupos de
narcotraficantes con sede en la ciudad de Medellín y sus alrededores.
Ex líderes paramilitares,
quienes actualmente permanecen encarcelados en Estados Unidos después de que
fueron extraditados desde Colombia, declararon ante autoridades de ese país que
el general retirado tuvo vínculos con esos grupos armados ilegales.
Pese a los esfuerzos del
Gobierno y de sus Fuerzas Armadas, Colombia sigue siendo uno de los primeros
productores mundiales de cocaína con alrededor de 300 toneladas anuales.
Además de carteles de las
drogas, en la actividad están involucradas las guerrillas izquierdistas y
bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares que depusieron las
armas y se desmovilizaron en una cuestionada negociación de paz durante el
Gobierno del ex presidente Uribe.
Santoyo, quien no tiene cargos
criminales en Colombia, fue investigado y acusado de interceptaciones ilegales
cuando se desempeñó como jefe de una unidad especialidad en combatir el
secuestro en la ciudad de Medellín.
Aunque un organismo de control
del Estado ordenó su destitución cuando tenía el grado de coronel, el oficial
apeló y años después fue reintegrado, ascendido al grado de general y nombrado
jefe de seguridad de Uribe hasta que pidió su retiro de la fuerza.
(Reporte de Luis Jaime
Acosta.)