El mandatario agregó que la devolución de predios se hará
bajo las leyes consagradas en la Constitución y no "a punta de
fusil", como según él lo han hecho grupos ilegales como las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las últimas décadas.
UNIVERSAL
Juan Manuel Santos |
Caracas sábado 28 de enero de 2012
05:56 PM Bogotá.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo hoy
que las FARC se oponen a la Ley de Restitución de Tierras porque el gobierno ha
implementado el discurso del grupo guerrillero, en el que se afirma que la
tierra es para los campesinos.
Santos advirtió que grupos radicales de izquierda y derecha
quieren obstaculizar la entrega de tierras que para 2012 pretende otorgar
130.000 hectáreas a más de 10.000 campesinos en todo el país, informó DPA.
"La izquierda radical, las FARC, enemigos de la Ley,
porque les quitamos el discurso. El discurso de las FARC en ese que la tierra
es para los campesinos. Pues sí, la tierra se la estamos entregando a los
campesinos, y sobre todo a los campesinos que fueron desplazados", señaló
Santos en la ciudad de Cartagena de Indias.
El mandatario agregó que la devolución de predios se hará
bajo las leyes consagradas en la Constitución y no "a punta de
fusil", como según él lo han hecho grupos ilegales como las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las últimas décadas.
La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras fue sancionada
por Santos en junio de 2011, quien en reiteradas ocasiones ha señalado este
punto como el principal objetivo de su gobierno, ha devuelto a sus legítimos
propietarios más de 800.000 hectáreas de tierra de la que han sido beneficiadas
cerca de 40.000 familias.
Al menos cuatro millones de colombianos víctimas del
conflicto interno desde el 1 de enero de 1985 y del desplazamiento forzado
desde la misma fecha de 1991, serán beneficiados por la legislación.
De acuerdo con lo registrado por las autoridades, más de dos
millones de hectáreas han sido robadas por paramilitares y guerrilleros,
mientras que cuatro millones fueron abandonadas por sus sueños y usurpadas por
miembros de grupos armados por problemas de seguridad en diversas zonas del
país.